El homenaje a don Ramón de Posada y Soto, primer presidente del Tribunal Supremo de España

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Ramón de Posada y Soto (detalle), por Francisco de Goya. Museo de Bellas Artes de San Francisco (California, EEUU).

El pasado 26 de abril se celebró en Cangas de Onís y en Onao el merecido y eternamente postergado reconocimiento a uno de los más ilustres hijos de nuestro concejo, don Ramón de Posada y Soto, primer presidente del Tribunal Supremo de España. Un homenaje que contó con la presencia de don Francisco Marín Castán que hoy preside, en funciones, el que es el órgano jurisdiccional superior en España en todos los órdenes, salvo lo dispuesto en materia de garantías y derechos constitucionales.

El salón de plenos de nuestro ayuntamiento acogió el acto institucional, abierto por el señor alcalde, don José Manuel González Castro. A continuación, don Rafael Fonseca González, magistrado y profesor universitario, glosó la figura de Posada y Soto con una precisa semblanza en la que analizó con detenimiento el discurso pronunciado por don Ramón como primer presidente del Supremo Tribunal de Justicia, el 20 de junio de 1812, día de la inauguración del más alto tribunal. El señor Fonseca destacó la gran calidad jurídica de este preclaro cangués, al que calificó de eminente defensor de la justicia y de los valores esenciales de la persona.

Cerró el acto don Francisco Marín Castán con un breve y sugerente discurso recordando el olvido que tan frecuentemente sufren los mejores hijos e hijas de España y que actos como este contribuyen a reparar. Subrayó los rasgos reveladores de la personalidad de don Ramón de Posada, su espíritu crítico y las notas que caracterizaron su pensamiento jurídico: su constante preocupación por la justicia, porque sin ella ni la más pequeña sociedad puede subsistir; la necesidad de proteger la libertad de pensar; su sentido social preocupándose por los derechos de todos, encomendando a las leyes proteger a los débiles y reprimir a los poderosos, y la obligación de que los jueces sean leales, de buena fama y sin codicia, alejados de la vanidad y del engreimiento.

A continuación las autoridades se desplazaron a Onao, lugar en el que nació don Ramón de Posada y Soto el 3 de enero de 1746. En su pueblo natal, en la escuela que se encuentra junto a la casa solariega de los Posada, fue descubierta una placa por el señor presidente del Tribunal Supremo. Don Sebastián de Posada y Soto, el hermano mayor de don Ramón, reunía en su persona los mayorazgos de diversos linajes cangueses y llaniscos: de la propia casa de Onao, de los Posada de Celorio (Llanes), en cuyo monasterio tenían capilla con asiento y sepulcros, y de los Intriago, poseedores de “antiguas torres” en el lugar homónimo.

Son varios e importantes los autores que se han ocupado parcialmente de los hechos de don Ramón de Posada y Soto: el historiador venezolano Eduardo Arcila Farías que lo considera “uno de los funcionarios ilustrados de mayores conocimientos económicos y, a la vez, uno de los que más trabajó para trasladar a Nueva España las novísimas ideas de su época”; el británico David A. Brading, estudioso de la historia de México, lo califica como “funcionario público notablemente inteligente e ilustrado” y recoge la opinión del Conde de Revillagigedo, virrey de Nueva España, que lo considera persona de inteligencia y del mejor celo por el servicio de Su Majestad, pronto en el despacho de los negocios y “de una integridad muy particular”; el sevillano Ramón Serrera Contreras, especializado en Historia de América, dice que sus funciones dentro del Virreinato de Nueva España “vinieron a corresponder a las de un ministro del Interior para los asuntos novohispanos”. Otros, como la doctora María Lourdes Díaz-Trechuelo, que menciona a Posada en su libro La Real Compañía de Filipinas (Sevilla, 1965), o los historiadores Luis Navarro García, Horst Pietschmann y Jean Sarrailh añaden en sus obras datos esporádicos sobre nuestro insigne vecino.

Esto lo sabemos gracias a los estudios de la única persona que ha tratado en profundidad la figura de don Ramón de Posada y Soto, el profesor don Vicente Rodríguez García, autor de “El fiscal Posada: índice para una biografía”, artículo publicado en el Anuario de Estudios Americanos (Sevilla, 1977, tomo XXXIV, pp. 187-210), y de El Fiscal de Real Hacienda en Nueva España : (Don Ramón de Posada y Soto, 1781-1793), tesis editada por la Universidad de Oviedo en el ya lejano año de 1985.

Sin embargo, estas meritorias investigaciones tienen un alcance limitado y, cuatro décadas después, es necesario plantear la realización de una monografía sobre el ilustrado Ramón de Posada y Soto. La celebración de este homenaje constituye un motivo de satisfacción y de orgullo que ha de servir de acicate para honrar de la mejor manera posible a don Ramón: a través del conocimiento de su vida y de sus relevantes trabajos. Solo así se podrá perpetuar su memoria, deseo manifestado por el señor alcalde de Cangas de Onís durante la presentación del acto; como él, anhelamos que el concejo no tenga que esperar otros doscientos años para conocer su extraordinaria labor.

Si por el contrario, el tiempo hace decaer el ánimo y este homenaje no resulta más que un memorable espectáculo, don Ramón continuará en la larga lista de españoles que por ingratitud sufrieron destierro, prisión, olvido o pobreza, víctimas del sectarismo infame reñido con la cultura que nos ha lastrado durante tantas y diferentes etapas de nuestra historia -como ha resaltado el señor Marín Castán durante su discurso-; lista en la que figuran otros relevantes cangueses como Francisco Beceña y Ángel Sarmiento. En todo caso, este acto ha reavivado el recuerdo de don Ramón de Posada y Soto, quien entregó lo mejor de sí por su patria, por la justicia y por el bien común.

Por último, quiero agradecer a Santiago de la Vega la cesión de las fotografías que ilustran este artículo. También corresponde felicitar a don Javier Junceda, promotor de esta iniciativa y miembro de la Real Academia Asturiana de Jurisprudencia y del Real Instituto de Estudios Asturianos, las instituciones que han hecho posible este evento en colaboración con el Ayuntamiento de Cangas de Onís.